NICK MIROFF – / THE WASHINGTON POST
04/24/2015 7:49 PM |
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LA HABANA — En la medida que comienzan a visitar en cantidades mayores esta isla que por mucho tiempo estaba prohibida, resulta natural que algunos estadounidenses se enamoren de Cuba
. Otros, en cambio se enamoran de cubanos y cubanas.
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Cuando esto ocurre, algunos podrían regresar a casa angustiados por las dudas sobre sus romances en la isla. ¿Son reales o no son más que un ardid para largarse del país?
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Es entonces que necesitan un detective que investigue el caso.
Fernando Álvarez no le da publicidad a sus servicios de esa forma. Es un detective privado con licencia, con oficinas en Beverly Hills, California, y Coral Gables, Florida. Su firma, Drakonx Investigations (https://www.drakonxresearch.com/cuba-investigadores- detectives-privados.html), afirma ser la única en Estados Unidos en ofrecer servicios profesionales de investigación en Cuba.
Los casos de infidelidad son su especialidad.
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“Muchos extranjeros van a Cuba y se enamoran, pero cuando cuando empiezan a conocer lo que hace falta para sacar de Cuba a su pareja, sospechan cosas que antes no parecían lo que realmente eran”, dijo Álvarez. “Entonces nos contratan a nosotros para que investiguemos qué sucede”.
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El trabajo no es legal en Cuba. Los detectives privados de Álvarez trabajan en la isla arriesgándose a ser arrestados. Por unos $100 o $200 diarios, llevan a cabo vigilancia y hacen reportes detallados con fotografías de los movimientos y encuentros de sus objetivos. Los siguen a centros turísticos y clubes, y hasta graban sus conversaciones en restaurantes desde una mesa cercana.
Con más turistas –sobre todo visitantes de EEUU– visitando a Cuba, la demanda por este tipo de servicio está aumentando cada vez más. Una cultura amorosa que tiene fama de libertina y una economía que tiene fama de no funcionar ha dejado un pequeño estigma en Cuba, incluso si ello significa romper corazones.
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“Algunos cubanos hasta entusiasman a sus novias a casarse con un extranjero para a la larga poder irse del país”, dijo Álvarez, hablando desde su oficina en Coral Gables.
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Fraude y decepción
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Testimonios sobre fraude y decepción abundan en las páginas de internet, con advertencias como “NUNCA SE CASE CON UNA CUBANA”. Las víctimas no corresponden siempre a un mismo perfil, pero los hombres mayores y las mujeres de edad madura solitarias parecen ser los blancos preferidos de los tramposos.
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El problema se ha vuelto tan grave en Canadá –de donde salen casi un millón de turistas a Cuba todos los años– que funcionarios de inmigración han hecho campañas publicitarias donde les advierten a los turistas sobre los “matrimonios de conveniencia”.
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Un informe del gobierno canadiense del 2010 concluyó que una cuarta parte de las 700 visas de novio que se emiten anualmente a los cubanos en La Habana tienen que ver con estos fraudes.
Álvarez dijo que sus detectives están tratando de detectar y capturar a los estafadores antes que logren infligir algún daño. La agencia ofrece una amplia gama de servicios para los enamorados escépticos.
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Algunos clientes simplemente tratan de determinar si su amante cubano está jugando con dos barajas. Otros son las esposas de empresarios extranjeros que viajan a Cuba, y quieren saber en qué otras transacciones pudieran estar metidos sus cónyuges. Algunos buscan pruebas de que el ex de su pareja cubana es de veras un ex.
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Muchas de las relaciones que el equipo de detectives de Álvarez investiga son auténticas, desde luego, pero Álvarez dijo que una certeza adicional puede ahorrarle a los clientes gran tensión financiera y emocional.
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A su vez, los investigadores de Álvarez tienen que lidiar con sus propios problemas. Los servicios de detective privado no se encuentran entre los casi 200 tipos de empleos autorizados por las autoridades comunistas como parte de la apertura gradual del gobernante Raúl Castro a empresas privadas de pequeña escala.
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Un trabajo riesgoso
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Álvarez dijo que su equipo es muy cuidadoso y se mantiene alejado de cualquier cosa que tenga un tono delictivo o político para así permanecer por debajo del radar del gobierno.
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Como una medida extra de seguridad, la agencia no acepta que clientes cubanos los contacten desde la isla, alertas de que podría tratarse de policías encubiertos.
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Álvarez, que llegó a Miami de Cuba hace una década, no quiso decir si los detectives que tiene en la isla son ex agentes del servicio de inteligencia de Cuba o policías.
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Dos de sus agentes accedieron a reunirse con un reportero del Washington Post en un conocido hotel de La Habana para dar pruebas de su trabajo. Sólo dijeron que sus nombres eran “Alejandro” y “Sheila”, y bajaban la voz cada vez que los empleados del hotel pasaban cerca.
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En una computadora portátil tenían múltiples archivos con cientos de fotos con notas y grabaciones de audio de trabajos de investigación previos. Algunas de las imágenes confirman lo que más temían sus clientes: un beso en una entrada, un abrazo romántico o una larga caminata de manos agarradas por una calle.
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Siguiendo las leyes cubanas
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Alejandro dijo que el equipo investigador en Cuba se encarga de más de 200 casos anuales, que van desde un día de trabajo hasta largas horas solitarias de vigilancia. “Todas las fotos que obtenemos las tomamos en lugares públicos”, dijo. “Nuestros métodos cumplen con las leyes cubanas”.
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Por lo general, los clientes primero se ponen en contacto con Álvarez en Estados Unidos, y él asigna los casos a los investigadores en Cuba, que no tienen allí ninguna oficina. Después de haber terminado el trabajo de vigilancia y enviados sus informes por correo electrónico, borran de las computadoras la evidencia del trabajo hecho, explicó Alejandro.
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“Sabemos que nos arriesgamos a ser capturados”, dijo. “Pero es un trabajo bien pagado, relativamente fácil de hacer y siempre resulta interesante”.
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Los precios por los servicios varían según el tipo de trabajo y la distancia de La Habana. En algunos casos, los detectives tienen que alojarse en hoteles caros como huéspedes para poder llevar a cabo la vigilancia de alguien que trata de tener un romance de forma discreta.
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“Estas cosas ocurren en cualquier país, no sólo en Cuba”, dijo Sheila. “La diferencia es que este tipo de trabajo todavía aquí no es legal”.
Otros tipos de verificación
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Los detectives también hacen mucho trabajo de verificación de antecedentes familiares, localizando a herederos desaparecidos o parientes que llevan perdidos mucho tiempo. Algunos acaudalados padres extranjeros quieren que se vigile a sus hijos mientras se divierten en la vida nocturna de La Habana. Otro segmento del negocio atiende a inversionistas extranjeros ansiosos por conocer si sus socios cubanos los engañan.
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Sin embargo, Álvarez dijo que la gran mayoría de los casos tienen que ver con el amor.
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El año pasado, unos 400,000 visitantes viajaron desde EEUU a Cuba, entre ellos casi 100,000 viajes de estadounidenses. Se espera que esa cifra aumente rápidamente a medida que se suavicen las restricciones.
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“Los cubanos son gente cálida y cariñosa”, dijo Álvarez. “Cuando más americanos empiecen a visitar la isla, sobre todo si son solteros, van a encontrar muchísimas tentaciones”.